BARRIO “LA RONDA”
El tradicional barrio de La Ronda, donde se cree nació la ciudad de Quito. Está concentrado a lo largo de la calle Morales. Allí se encuentran casonas de la época colonial y algunas que datan de principios del siglo XX, de estilo republicano.
El arco de Piedra es el umbral que da paso a un lugar que transporta a otra época.
Es una de las calles más tradicionales que se encuentran en Quito, por ser una de las más antiguas, además aquí se escribieron canciones y pasillos, estas mismas casas que también albergaron a políticos, románticos y bohemios.
Pero además es una calle que nos lleva a nuestro pasado indígena, se supone que su nombre original fue “El Chaquiñán”, término que ahora se traduce como camino o sendero. Se presume que se encontró establecida y trazada hacia 1480, cuando los Incas llegaron por primera vez a Quito.
Aparentemente, cualquiera interpretaría que es una calle desde inicios de españoles por el nombre y el estilo característico de sus casas. Pero esto es incierto, es un claro vestigio, como lo es la callejuela Luis Felipe Borja, del primitivo y natural diseño aborigen de la ciudad original Quitu.
Existe en la actualidad, un cierto culto por el pasado, que se expresa en las masivas congregaciones a centros arqueológicos. Y es precisamente esta curiosidad y deseo de traer lo pasado al presente, lo que hace que la tradicional calle la Ronda sea una reliquia de la ciudad de Quito, donde se puede deleitarse de antiguas tradiciones. Dejando a sus visitantes un legado cultural y arquitectónico inmenso.
Estando ubicada a lo largo de un arroyo llamado por los indígenas Ullaguangayacu, que significa río de gallinazos, que desciende desde la Chorrera del Pichincha, por este motivo decidieron habitarla.
Según Fernando Jurado esta calle fue construida por mujeres, este arroyo les servía en sus labores diarias, como para lavar sus prendas.
En los años 1580, aparece el nombre “La Ronda” en la fundación de Mayorazgo que hace el cura Gallego Jácome Freile de Andrade en 1592 y ante el escribano Alonso Dorado de Vergara; se supone que en la época española tomó este nombre, en homenaje a las rondas nocturnas del sistema español.
La calle más antigua de Quito contiene un patrimonio intangible e invaluable que son sus personajes emblemáticos.
Siendo cuna de pintores, compositores y artista quiteños. En los años 30 y 40 visitaban tiendas que tras fachada escondían burdeles como es el conocido “Murcielagario”, ubicado en la segunda cuadra en la Morales y Venezuela.
El poeta ambateño Pablo Valarezo Moncayo vivió en la casa de la “Negra Mala”, consagrada a la reunión literaria y bohemia de poetas y músicos como Jorge Carrera Andrade, Augusto Arias, Carlos Guerra, entre otros.
En ella Sergio Mejía compuso el bellísimo pasillo Negra Mala, dedica a la dueña de la casa, doña Rosario Peñaherrera, y luego compuso el pasillo Rubia Buena.
Federico González Suárez vivió en la casa de su abuela durante su infancia y adolescencia. La casa quedaba en la esquina sur – oeste de las actuales Ronda y Venezuela, aunque hoy desaparecida penosamente. Al regresar de España, el monseñor, vivió 7 años más en la casa. En ella escribió la gran Historia del Ecuador, y llamaba a su casa “la de la quebrada”.
El maestro escultor Toribio Ávila trabajo especialmente en figuras de cera policromada, cuyas mejores obras se hallan en la Sacristía de la iglesia de San Francisco.
Vivió en la casa 158 de la calle Morales en 1797. Esta misma casa también luego habitada por el cerero Manuel V. Villegas.
Son solo algunos de los personajes de Quito que vivieron en la Ronda, se divirtieron y compusieron sus obras en esta calle.
En la actualidad esta calle vuelve a tomar vida y ser un puente de encuentro cultural, donde se reviven historias y pasiones.
Autor: Vanessa Candell
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