viernes, 19 de noviembre de 2010

LA BIBLIOTECA ROLANDO

LA BIBLIOTECA ROLANDO
Escrito por: Rosa Contreras Jordán

El 6 de Octubre de 1896 ocurrió un gran incendio en Guayaquil, el cual destruyo todo lo mejor de esta ciudad  quedando unas cuantas viviendas humildes del barrio conchero al cual luego llamaron villamil y otras que estaban localizadas atrás de la Catedral, desde Boyacá hacia el Oeste. En este incendio desaparecieron bibliotecas privadas muy buenas, las de Trifón Aguilar, Juan Bautista Destruge y José Gómez Carbo. También se destruyo la biblioteca del general Cornelio E. Vernaza, quien después de unos días, publico en la prensa lo sucedido recalcando que el país fue el que más perdió era ya que esta biblioteca era la mejor del país en cuanto al campo militares


Luego se incendio la biblioteca de Pedro Carbo quien fue  un gran bibliógrafo nacional y fundador de la Biblioteca Municipal en 1862, a la cual le dono libros de él, esta biblioteca se habría quemado intencionalmente para que los originales de su obra “historia del ecuador” desaparecieran por contener verdades de García Moreno y su obra nacional ya que por esos días Carbo estaba ya terminando su obra y a punto de darla a la imprenta para que ésta sea publicada.

A causa de este gran incendio Guayaquil entro a una época en la cual no habían libros para leer, afectando a centros de estudios como el Vicente Rocafuerte y ocasionando dificultad para la preparación intelectual de los habitantes parando así el desarrollo de toda una ciudad, es esta razón la que impulsa a un joven estudiante Carlos A. Rolando Lobatón, desde 1903 a comprar libros, revistas, folletos y papeles sueltos, haciéndolo solo y hasta utilizando dinero de su herencia que le había dejado su padre el periodista Juan Bautista Rolando Chico, y también siguiendo los consejos del Obispo de Ibarra monseñor Federico González Suárez.

Competía con los bibliógrafos más expertos como el Dr. Carlos Carbo Viten, el Dr. Adolfo Benjamín Serrano y Francisco Pazmiño a quienes fue ganándoles en calidad y cantidad, fue recopilando libros que los obtenía en remates y tiendas de libros usados; fue a bibliotecas de Lima, Cuenca y Quito, para apreciar y analizar el orden de las bibliotecas y sus volúmenes, consiguió colecciones de diarios extintos, dando como resultado trabajo excelente, al que le dedico diez años de su vida. Hizo un esfuerzo inigualable, ya que lo hizo sin ayuda de nadie, pero sobre todo nunca hubo un interés personal ya sea económico o de reconocimiento, sino mas bien en una obra social colectiva pensando  en el bienestar de la ciudad y el país.

El 24 de mayo de 1913 ya tenía 1346 obras empastadas y clasificadas, 200 tomos con 3267 folletos, 712 periódicos, 40271 revistas, 3800 hojas sueltas destinadas a un cuarto que llamo  “bibliografía nacional” de su casa ubicada en el primer piso alto de una casa de madera de Ismael Pérez Pazmiño, en la esquina de 9 de Octubre N°. 722 y Boyacá. La inauguración contó con una banda de músicos en media calle, asistieron autoridades y el Monseñor González Suarez. Desde aquel día, dio sus servicios a amigos, estudiantes y lectores en general, por esta razón la Municipalidad de Guayaquil le entrego una medalla de oro, por su gran labor.

Rolando era una persona emprendedora, paciente y erudito; fue maestro en su casa y fuera de ella, fue una persona sensible al dolor ajeno y colaborador en todos los problemas que aquejaban a su ciudad. Estuvo casado con Carmen Chichonís era su secretaria y los dos hicieron el tarjetero "Catálogo de la Bibliografía Nacional del Dr. Carlos A. Rolando", con 135 páginas, bellamente impreso, en fino papel y con orden, bajo la dirección de Melvin Dewey, este catálogo es en la actualidad un verdadero icono bibliográfico de guayaquil, ya que marca el inicio de esta ciencia en la ciudad, este catalogo también le  sirvió para ingresar a la "Sociedad de Estudios Americanos" de Quito, como miembro. Los dos tenían la meta de ser ciudadanos útiles con la patria. Rolando pertenecía a algunas instituciones benéficas ya que no solo hacia obra cultural sino social con personas necesitadas, una persona muy gentil y despojada del materialismo ayudo a muchas personas y protegió a algunos familiares económicamente. Lo que más llama la atención de esta pareja es que se enamoraron y casaron en un tiempo donde predominaba el fanatismo a la religión católica, siendo ella católica practicante y él un masón liberal radical, pero esto no afecto su felicidad aunque no hayan tenido hijos.

Rolando replicaba la importancia que tenía todo impreso, por pequeño que sea, ya que representan una vivencia, un sentimiento, un pensamiento, la historia de una vida y eso era sociología pura. Obtuvo muchos éxitos en su vida, tanto así que generaba  los celos y la envidia de ciertas personas como Manuel J. Calle con quien, en la casa de su amigo Nicolás Gonzales paso lo siguiente:
Manuel calle: “¿Es Ud. Rolando, el de la bibliografía nacional?-
Sí señor, a sus órdenes. ¿Recibió Ud. mi catálogo de libros?
-Así es -¿Y qué piensa hacer Ud. con tanto adefesio que ha logrado coleccionar?
Rolando contestó: -Todo libro es importante y –luego- irritadísimo, atacó a Calle con la siguiente pregunta: -¿Tiene Ud. acaso la novela. "Carlota" de Manuel J. Calle? Esta era una obra de Calle la cual tenía una trama espantosa que daba hasta risa según las críticas que se dicen de esa obra. Pero Calle defendiéndose dijo - iSépalo que es lo mejor que he escrito en mi vida, es mi vida misma. Y Rolando, ya riéndose le dijo: -¡Ya vio! Por eso está entre mis adefesios.

Por  su generoso corazón y buena conducta fue miembro de la "Junta Superior de Sanidad" para contrarrestar la peste bubónica, también fue miembro de la "Sociedad Protectora de la Infancia" y de "La Filantrópica del Guayas". Fue un hombre que ayuda en todas las ramas a su ciudad en la salud, cultura, social, educación y desarrollo, ya que en 1930 fundó el "Centro de Investigaciones Históricas de Guayaquil" e hizo muchos trabajos bibliográficos. 

En 1932 donó su Biblioteca a la Municipalidad y luego modifico el contrato por escritura pública, dándosele el honor de ser Director con sueldo, personal administrativo y de secretaría; los volúmenes fueron movidos al segundo piso del palacio, en la 10 de Agosto.
Su último acto en público fue en el salón de honor con la asistencia del alcalde Dr. Otto Quintero Rumbea y todos los concejales; ya aquí Rolando estaba mal de salud, estaba sordo y tenia arterioesclerosis avanzada, su esposa ya había muerto y vivía solo, con una ama de llaves para que lo atendiera. Este señor que mostro el verdadero amor al prójimo y a las letras fue designado por el profesor Richard Pattee como "El Príncipe de los bibliógrafos ecuatorianos" e "incansable preservador de las manifestaciones espirituales del país"; murió a los 93 años, en Guayaquil, el 5 de Enero de 1974.

Nuestra cultura nacional se la debemos a este prestigioso señor por su conservación de la mayoría de los diarios guayaquileños del siglo XIX… Hoy "La Rolando", ha restado su importancia y pueda que siga siendo así, ya que el municipio se encarga mas de asuntos insignificantes como estructuras arquitectónicas, ignorando que este es un tesoro más importante que la misma Biblioteca y Museo Municipales por ser única en el país y en el mundo, y es que los gobiernos aun no comprenden que el desarrollo de un país está en la educación de sus habitantes; de que sirve una infraestructura bonita si no hay personas inteligentes que sepan sacarle provecho, es como decir de una persona “es una cara bonita pero vacía jaja.., aunque ahora se esté haciendo más cosas por la educación en mi apreciación aun nos falta mucho, y precisamente darle la importancia a estos tesoros literarios es una forma de educar a la gente a que lea mas, se prepare pero sobre todo que no caiga en el facilismo que todos hemos vivido y seguimos viviendo por la falta de culturización a las visitas de bibliotecas, son costumbres casi perdidas que una vez más las debemos al facilismo que nos da el progreso “el gran conocido como internet”, que aunque es una gran herramienta para la adquisición de conocimientos muchas veces se infunde unos no muy verdaderos que digamos, así que tengamos cuidado no todo lo que leemos en el internet es lo correcto.

1 comentario:

  1. Rolando fue un gran hombre preocupado y dedicado a la labor social, es parte de la cultura Nacional, es un ejemplo que no debemos olvidar.
    Hoy en dia ya casi no buscamos los libros pues todo lo encontramos publicado en la web.
    Es importante no olvidar nuestro patrimonio que con tanto esfuerzo fue adquirido por una persona como Rolando.

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