viernes, 17 de diciembre de 2010

MEDICOS DE ANTAÑO
Escrito por: Rosa Contreras Jordán
La primera persona que uso un microscopio en el Ecuador fue Juan Bautista Aguirre quien era poeta y doctor, se sabe que analizaba a los microbios con un instrumento que trajo el Padre Hospital de Europa y enseñaba las formas que tenían y como eran sus movimientos, estos microbios se los conocía como "corpúsculos" en el siglo XVIII.
El padre Juan de Velasco también le gustaba estudiar a estos seres, tanto que los llego a analiza en su obra “Historia Natural”, donde decía una teoría que a él le habían contado, que cuando una hebra de cabello caía al piso, se generaba un microbio y a este argumento se lo conocía como “generación espontanea”.
Luego el doctor Eugenio Espejo quien fue el primero en tratar el tema de la viruela, recopilo experiencias de la epidemia de 1785 tratando de ayudar a los enfermos y esto lo impartió en su obra “Reflexiones acerca de la viruela”, donde le daba consejos al cabildo de quito las precauciones que se debía tener para evitar otra epidemia similar. Espejo tenía interés en esta enfermedad porque en la epidemia de 1764 la viruela mato a su hermano menor y el aunque sobrevivió a esta peste le quedaron cicatrices en el rostro para siempre.
Espejo sostenía que la fuente de contagio de esta enfermedad era el aire, ya que es un elemento masivo que rodea a la humanidad y aparte se renovaba constantemente, haciendo que estos cambios tengan su efecto en el organismo humano. Sostenía  que las enfermedades eran producto de los microbios y no creía en la teoría de los vapores podridos, llamada también "Teoría de las Miasmas deletéreas", que estaba muy de moda en aquel tiempo. Cuando venían las epidemias, se lanzaban cañonazos al aire, para que el olor de la pólvora limpiara el aire, también se utilizaba el incienso  con el mismo fin.
Espejo utilizaba el microscopio del Padre Aguirre para estudiar como los microbios y el aire se mezclaba para llegar a enfermar a los hombres y por esto en su obra alucia haber visto cómo los microbios vivos y bien pequeños se movían en el aire y generaban enfermedades, porque se transmitían por medio del aire y de allí se pasaban a la sangre del humano. También dijo que eran “hormiguillas, torbellinos de átomos veraces y animados." Pero su estudio con el telescopio ceso cuando a este implemento lo confisco la Audiencia de Quito debido al desalojo de los jesuitas en 1767.
En la audiencia de Quito se conocía a la viruela y el sarampión con el nombre de “Alfombrilla”. La viruela era considerada una enfermedad grave que casi siempre terminaba en muerte. Era una enfermedad muy dolorosa y desagradable porque salían pústulas en todo el cuerpo y estas al reventarse salía una agüita con un muy mal olor. Daba fiebre muy alta al extremo de quedarse inconsciente y con llagas donde el enfermo podía morir pero también vivir aunque sea marcado de por vida.                                                                         
Los estudios hechos por los jesuitas Hospital, Velasco, Aguirre y Espejo fue un gran esfuerzo por el progreso de una sociedad la cual sin salud no podía seguir surgiendo. Todos ellos creían en esta teoría microbiana como causante de las enfermedades; pero cien años después y en el siglo XIX había personas que no estaban de acuerdo con la teoría principalmente los profesores de la Universidad de Quito, haciendo mofas de los científicos que concordaban con la teoría.
Uno de esos profesores fue el Doctor Rafael Barahona, especializado en Filosofía e Higiene en 1861, decía que los microbios no existían y los estudiantes que veían con él materia tenían que tener su misma creencia porque podían quedarse de año si lo contradecían. El Doctor Barahona era una buena persona y era muy entendido de la botánica y farmacéutica, daba tips en la botica del Hospital Civil. Pero era bueno en lo suyo, la ciencia que estudian los microbios no tiene nada que ver con las que el sabia.
García Moreno, no era un científico pero estuvo inmerso en las mejoras de la medicina ecuatoriana o por lo menos hizo lo que pudo, se fue a París y allí estuvo  estudiando Tratados de Medicina, le gustaba esta ciencia y hablaba de ella cada vez que podía; y algunas veces hasta recetaba a enfermos; mucho fue su afán del progreso medicinal en nuestro país que en 1870 fundó la Escuela de Ciencias y Escuela Politécnica y trajo a jesuitas alemanes para que dictaran clases de medicina, también motivo al Cónsul de nuestra patria que comprara en París varios instrumentos de cirugía y otros que servían para el estudio y análisis de la medicina.
El Dr. Antonio Sáenz, oriundo de Riobamba, hizo el primer libro de Patología especial y general, estaba muy feliz con su obra que decía; “Esto que tengo en la mano es la doctrina más pura de los sabios que han cultivado la medicina. Cada coma es una axioma y cada punto una verdad eterna...".
El Dr. Nicolás Aurelio Espinosa sostenía la teoría del sistema de la dosificación o llamado también "dosimétrico", el cual fue inventado por el Dr. Chanteud en Francia y este método se trataba en darle al cuerpo mas defensas mediante pequeñas cantidades de veneno, y hacer que el organismo se inmunice frente a estos venenos. Las dosis se daban mediante una maquina, que regulaba el veneno. El Doctor Espinosa murió de un tumor en el esófago y en su agonía ante sus colegas y amigos, dijo: "Muero, muero de hambre", y pues era cierto ya que esta enfermedad no le permitía comer al no pasarle alimento alguno debido a su diagnostico. Se concluyo que el motivo de su enfermedad fue el consumo de varios venenos que ingería para disque tener una buena salud ya que, dejó más de cien frascos vacíos, que consumió a lo largo de toda su vida.
El Dr. Cayetano Uribe por el año 1880 daba recomendaciones que para tener una vida larga y plena de salud se debía salir todos los días descubierto sin camisa al patio tipo siete de la mañana, porque el frío hacia al cuerpo más sano. También decía que consumiendo naranjas se lograba vigor y pues no debió estar tan perdido porque falleció a los 90 años de viejo mas no de tantas enfermedades.
El Dr. Domingo Miño, recetaba alcohol a manera de canelazos. Muchos de sus pacientes se curaban, pero otros se morían borrachos. También daba de tomar infusiones de la raíz "Mastuerzo" que se decía que limpiaba el hígado, el estomago y los riñones. Una anécdota muy chistosa fue un día que estaba limpiándole el oído a una anciana, le dijo: "Señora ¿Ya está oyendo?”. “Sí, señor, ya alcanzo a oír algo” dijo la viejita. Entonces el doctor le dijo: “Tres pesos vale” y la señora le dice “¿Que dice el caballero?” y se fue sin pagarle jeje.
Todos estos hombres errados o no, trataron de dar su aporte, con lo mucho o poco que sabían, y eso solo lo hacen los valientes que se atreven hablar de un tema del cual no son expertos, pero que sin serlo ayudaron mucho en el desarrollo de una buena salud para este país que vivía en zozobra por las continuas epidemias y tomaban la vida de muchas personas paralizando el desarrollo económico de la sociedad. Fueron visionarios en entender que un país sin salud no iba a llegar muy lejos y decidieron ayudar o motivar a que la medicina sea tomada más en cuenta por las autoridades competentes, no solo de palabra sino invirtiendo en ello. Aunque nuestros primeros pasitos en la medicina se dieron cuando ya otros países estaban muy avanzados en la materia no hay que desmerecer el esfuerzo de estos ciudadanos; ya que el atraso a la medicina como en todas las demás cosas se debe a los pensamientos pobres de quienes han estado en el poder y que muy pocas veces querían el bienestar del pueblo sino el propio algo que no ha cambiado mucho que digamos en estos tiempos. El cambio empieza por cada uno de nosotros o sino sigamos rezando por una prosperidad que nunca llegara. Ayudemos al prójimo, respetemos las leyes, aprendamos algo nuevo cada día, compartamos nuestros conocimientos, pensemos en grande para que vengan cosas grandes, no creamos que ya todo está hecho siempre se puede ser mejor….recuerda que aun no se descubre la cura de sida….!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario